17 de agosto del 2007
En la noche de hoy, 17 de agosto, el ex ministro de Gobierno de la Provincia de Santa Cruz, Daniel Varizat, atropelló con una camioneta a parte de las 3.000 personas que ordenada y pacíficamente se manifestaban en las calles de la ciudad capital, Río Gallegos. Éste siniestro personaje de la política santacruceña pertenece al Frente para la Victoria Santacruceña, facción peronista creada por el actual presidente de la Nación -Néstor Kirchner-.
El resultado del criminal hecho perpetrado por Varizat fue el de una veintena de lesionados y tres internados en grave estado. Este cobarde personero kirchnerista, acompañado en el vehículo por otros secuaces, se dio inmediatamente a la fuga, lo cual constituye además otro delito penal que es el abandono de personas. En estos momentos su paradero es desconocido.
Daniel Varizat es un profesional de la provocación, cuyo único mérito dentro del funcionariato ha sido la constante descalificación y los muchos entuertos políticos que pasaron por sus manos. Fue siempre un mísero transmisor de las órdenes de Kirchner sin otra capacidad demostrada que no haya sido sus genuflexiones políticas y alcahueterías de la más baja calaña que lo llevaron a ser diputado nacional, senador nacional y subsecretario general de la Presidencia de la Nación del actual gobierno. Ahora devenido en delincuente por si fuera poco y para confirmar todo su historial político.
Esto sucedía mientras el polideportivo Boxing Club se iba poblando de concurrentes llevados por la fuerza de la presión política y del empleo público, provenientes algunos del interior de la provincia como de otras, para participar del acto en que vociferarían Cristina Fernández de Kirchner candidata a presidente de la Nación, su esposo el presidente en ejercicio y el actual y candidato a gobernador, Daniel Peralta.
Muy lejos de suspender el acto, la candidata y actual senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, cargó contra la oposición con la siguiente frase: “No puede ser que la intolerancia, la agresión y la violencia sean la que ganen las calles, porque no es la Santa Cruz que construimos entre todos”. Lo cual toma una connotación especial ya que fue emitida luego del acto criminal de Varizat. O sea, el mensaje es muy claro: “No puede ser”, así ella nos informa y amenaza.
Habrá que comprobar que nos informaran las actuaciones policiales, que surgirá de las investigaciones judiciales, que actitud tomará el presidente Kirchner y el gobernador santacruceño. Ya sabemos al menos la que ha tomado la persona que es producto y beneficiaria del nepotismo gobernante.
Hace un poco más de cinco años, el 26 de abril del 2002, en esas mismas calles de Río Gallegos se llevaba adelante una emboscada a los asambleístas, con persecución seguida de golpiza, producto de una arenga realizada días antes por el entonces gobernador Kirchner donde instó a sus seguidores para que por cada 100 manifestantes del cacerolazo 200 o 300 procedan a correrlos y defiendan al gobierno provincial. Obviamente la “kirchnerista” justicia santacruceña nunca llevo adelante una investigación seria y rigurosa, y menos aún la sanción debida a los responsables también de otra veintena de heridos. No sería de extrañar que así también se comporte frente a los hechos del día de hoy, aún a pesar de que existen fotografías y filmaciones que están disponibles en Internet y en la televisión.
Estas son dos muestras del autoritarismo que vengo denunciando periódicamente, las que son producto de la intolerancia de quienes han descubierto la existencia de los Derechos Humanos desde hace solamente cuatro años atrás. Sostengo firmemente que descubierto, porque no existe la más mínima sospecha -pruebas menos aún- de que la dupla presidencialista en sus condiciones de abogados hayan realizado alguna actuación profesional para la defensa de perseguidos y desaparecidos. Kirchner tampoco en su condición política de intendente o gobernador jamás antes de ser presidente se le escucho alzar la voz en la defensa de los humanitarios derechos.
Esta verdad conocida por muchos parece querer ser desconocida convenientemente por muchos Organismos de Derechos Humanos. Claro que sabemos muy bien los motivos y compromisos de buena memoria y silencios que debieron aceptar desgraciadamente.
Éstas prácticas deben terminar de una vez por todas, de la misma forma que es necesario, justo y urgente que se acabe con el autoritario del poder kirchnerista en Santa Cruz y en toda la Nación.
17 de agosto del 2007
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